24/03/2011

Marcela, observadora y apasionada.


23-03-2011
© A.Deniaud/Tara Expéditions
Marcela Cornejo, observadora del gobierno de Chile a bordo de Tara, debe garantizar que no se tomen muestras a menos de cinco millas de la costa. También debe cerciorarse de que la información recogida a bordo, tal y como la salinidad y la temperatura del agua, entre otros datos,  esté debidamente transmitida a su país.
A 200 millas de la costa chilena, ya en aguas internacionales, Marcela se quita un poco el gafete de observadora y deja riendas sueltas a su pasión por la oceanografía.
"Cuando vi el plan de viaje de Tara, inmediatamente envié mi solicitud al gobierno para ser la observadora a bordo. Es para mi una oportunidad única de investigar mar afuera”. Cada año pasan barcos científicos nacionales y extranjeros, pero no es común que investiguen tan lejos de las costas. Embarcada en Puerto Montt semanas atrás, Marcela permanecerá a bordo hasta la Isla de Pascua. Esta navegación de más de un mes en la goleta le permitirá a esta estudiante de post-doctorado avanzar en su investigación sobre "las formas alternativas de producción y consumo de óxido de nitrógeno  (N2O) en la superficie del océano”.
Después del muestreo y los experimentos llevados a cabo en la zona sub-antártica naturalmente pobre en N2O, esta bioquímica oceanógrafa podrá entonces estudiar una zona más rica en N2O, y así comparar los dos ecosistemas. El objetivo de la investigadora chilena es de identificar los posibles mecanismos involucrados en la fijación de N2O.
El óxido de nitrógeno es un gas con efecto invernadero que aparece en los océanos a raíz de la degradación de materia orgánica. Como el dióxido de carbono (CO2), es un gas lesivo de la capa de ozono. Anteriormente Marcela había hecho también un doctorado sobre  "sumideros y fuentes de CO2 y N2O mar afuera en el Pacífico Suroriental." Para la doctora en bioquímica oceanográfica esta larga relación con los gases de los océanos comenzó hace más de quince años en Valparaíso.
A los 17 años, después de aprobar las "pruebas de aptitud académica", el equivalente del bachillerato francés, Marcela deja su ciudad natal, la capital, Santiago, para estudiar  oceanografía en Valparaíso. Chile cuenta con dos universidades impartiendo oceanografía, una en Valparaíso y otra en Concepción donde reside actualmente Marcela. "En esos tiempos, en 1995, éramos sólo veintiuno matriculados en el primer año de Oceanografía. En mi promoción soy la única en haber terminado sus estudios". La oceanografía no es un área muy popular en Chile; son estudios largos, difíciles y costosos. Para financiar su educación, Marcela felizmente puede contar con el apoyo de sus padres, ambos médicos en Santiago.
Después de cinco años de estudios y su tesis, la joven consigue un puesto de técnico bioquímico en  el laboratorio de Oceanografía de la Universidad de Concepción. En 2005, el año siguiente al nacimiento de su hija Amira, Marcela inicia un doctorado que ella completara en 2010, año del trágico terremoto que destruye gran parte de Concepción. "Yo estaba en este momento en una conferencia en los Estados Unidos. Durante dos días no supe nada de mi familia, fue muy duro”. La familia y la casa de Marcela se salvaron ilesas, pero el terremoto y el tsunami causaron estragos. Cíclicamente, cada sesenta o setenta años, la ciudad sufre la misma tragedia.
En marzo de 1835, en el curso de su viaje alrededor del mundo en el Beagle, Charles Darwin llega a Concepción unos días después del desastre: "4 de marzo 1835. Entramos en el puerto de Concepción... Toda la costa está llena de vigas y muebles como si un millar de barcos se hubieran desbaratado. Además de sillas, mesas, armarios, etc. se ven techos de casas que han sido arrastrados casi enteros". Extracto del libro "Viaje de un naturalista alrededor del mundo” de Charles Darwin.
A pesar de los riesgos, a Marcela le encanta esta ciudad portuaria con un clima templado y lluvioso, y una vida apacible. En una semana ella volverá a su ciudad, su esposo, su hija Amira y sus gemelos, Santiago y Rafaela. Cuando se le pregunta lo que su familia opina de este viaje, dice: "Mi marido es también oceanógrafo, así que él se siente muy feliz por mí, mi investigación; pero mi hija mayor tenía miedo de que me comieran los tiburones".
Después de una corta estancia en la Isla de Pascua, la oceanógrafa retomara el camino de la Universidad de Concepción con una multitud de muestras en su mochila. Tendrá un mes para redactar su informe al gobierno chileno. Y hasta 2015 para estudiar sus queridas muestras.
Anna Deniaud.