06/05/2011

Taxónomo, una especie en evolución



A.Deniaud/Tara Expeditions


Christian Sardet ha instalado un acuario en el comedor pequeño; El macroplancton desfila sin parar frente a su cámara: Beroe, Cintura de Venus... El científico conoce cada actor por su nombre pero a veces le entra una duda: él se sumerge entonces en la biblioteca a bordo para mejor identificar los diversos plánctones.
La identificación o más bien la clasificación de las formas vivas es una ciencia per se: la taxonomía. Charles Darwin fue uno de los que alumbraron de modo renovado esta ciencia,  demostrando que las especies evolucionan, algunas desaparecen y surgen otras. Esta ciencia inicialmente estática se convirtió en dinámica en la actualidad. El desarrollo de la genética es sin duda la más reciente y tal vez más importante revolución que transforma esta ciencia antigua, ahora desatendida por la nueva generación de biólogos. Una mirada sobre esta disciplina en evolución.
La historia de la Taxonomía
La palabra taxonomía (o taxinomía) proviene del griego τάξις (taxis), “orden”, y νομός (nomos), “ley”. Es el botánico suizo Augustin-Pyrame de Candolle quien en 1813 propuso nombrar la ciencia de la clasificación. Pero la necesidad de identificar y nombrar las formas de vida, incluyendo las plantas data de mucho antes. Dos mil años antes de Linné, 300 años antes de JC, el griego Teofrasto, sucesor de Aristóteles, ya había descrito varias plantas en su libro "Historia de las Plantas".
El sistema de Clasificación
Los organismos vivos se clasifican mediante un sistema jerárquico establecido que permite agruparles en forma de árbol.
La nomenclatura de los organismos vivos
Escribimos el nombre taxonómico de un organismo asociando su tipo y su especie siempre en letra itálica. La regla impone que el primer nombre empiece con mayúscula y el segundo con  minúscula. Estos nombres formados a partir de raíces latinas y griegas describen por lo general  la morfología o el estilo de vida del organismo.
Por ejemplo, Pelagia noctiluca nombra una medusa de tipo Pelágica, "que vive en mar abierto", de la especie noctiluca "que alumbra de noche".  La cintura de Venus o Cestus veneris es un ctenóforo que se parece a un cinturón. Más allá de su carácter descriptivo, un gran número de nombres de medusas se inspira en la mitología griega: es el caso de la medusa Cassiopeia o Casiopea. A veces un científico nombra una especie del nombre de uno de sus colegas. El nombre de la especie siempre se documenta en los registros junto al nombre del científico que descubrió el organismo y al año de publicación de su descripción.
El descubrimiento de nuevas especies
En cada escala de Tara se repite la pregunta hecha a los científicos: ¿Han descubierto una nueva especie? Antes que todo recordemos que resulta muy complicado y tedioso comprobar el descubrimiento de una nueva especie y en especial describirla. Se debe estudiar el ciclo completo de vida del organismo para cerciorarse de que no haya sido descrito anteriormente por otro científico: a veces la morfología puede variar según el sexo y la etapa juvenil. También es difícil presentar una nueva especie a partir de un solo ejemplar: el puede estar dañado o atípico. El ideal es tener un macho y una hembra que se pueden reproducir. Después de describir la nueva especie el científico “inventor” debe someter su estudio al examen de un jurado internacional y luego publicarlo.
La desaparición de los taxónomos
Hoy en día la taxonomía es una disciplina prófuga de las escuelas; Quedan algunos apasionados: Franck Prejger, taxónomo en el laboratorio en Villefranche-sur-Mer, es una de esas personas que enriquecen su conocimiento de la identificación con los aportes de taxónomos ahora retirados.  . Para superar la escasez de taxónomos existen programas europeos. En el caso del plancton, y especialmente de los virus y bacterias,  la taxonomía encuentra sus limitaciones; hoy es la genómica que complementa esta ciencia ancestral.

Stephane Pesant y Anna Deniaud