16/02/2012

Bacterias, virus y girus: innumerables e infinitamente pequeños microbios


Bacterias. S.G.Acinas-ICM-CSIC,Barcelona/H.Sarmento-Institut de Ciències del Mar-CSIC/Tara Oceans

Es una de las pescas de Tara desde hace más de dos años. Las bacterias y los virus son los organismos planctónicos más pequeños y más abundantes. Hay cerca de 10 mil millones de bacterias por cada 100 mil millones de virus por litro de agua de mar en los primeros 50 metros de la capa superficial de los océanos. Este componente del plancton desempeña un papel fundamental en la vida de los océanos.

Algunas bacterias utilizan la luz solar como fuente de energía primaria. Son el primer eslabón de la cadena alimentaria, siendo el alimento de células más grandes, las eucariotas (Eucariontes). Estas son, a su vez, absorbidas por otros organismos, del más pequeño al más grande: pequeños crustáceos, larvas de peces diversas y mamíferos marinos.

Por lo general, los virus son muy pequeños, inferiores a 250 nanómetros (1 nanómetro,-nm-, equivale a una milmillonésima parte de un metro), pero algunos pueden alcanzar hasta los 400 nm. Éstos se llaman “Girus", virus gigantes. Con una media de 10 virus por bacteria, los virus pautan la composición de las comunidades microbianas marinas y desempeñan un papel importante en la evolución de las especies de plancton.

Glosario

Eucariotas (Eucariontes): las células eucariotas se caracterizan por la presencia de membranas compartimentando y aislando el material genético (núcleo) y las unidades de producción de energía (mitocondrias) del resto de la célula. Las eucariotas incluyen los animales, los hongos, las plantas y también los organismos unicelulares (protistas).

Bacterias: a diferencia de las eucariotas, son organismos sin núcleo o mitocondria; Su material genético forma una pelota enrollada sobre sí misma en la célula.

Virus: partículas biológicas que, para sobrevivir, precisan infectar una célula-huésped cuyos componentes celulares usan para reproducirse. Un virus es por lo tanto necesariamente un parásito intracelular

Laurence Garczarek, Station Biologique de Roscoff, Francia, y Vincent Hilaire