03/10/2013

Escala en Arctic Bay, Nunavut


Tara en Arctic Bay, Nunavut. F.Aurat/Tara Expéditions
Desde la tarde del martes, Tara está fondeado en Arctic Bay, una aldea Inuit de ambiente distinto a Tuktoyaktuk. Los 800 habitantes de “bolsillo”, en idioma Inuit, se muestran más distantes y reservados que sus hermanos del Estrecho de Bering.
 
La noche del martes, justo después de llegar, somos testigos de una aurora boreal de una magnitud nunca vista en 14 años por los residentes de Arctic Bay, una aldea de casas de madera alineadas, protegida por una hermosa cadena de montañas en el fondo de una profunda bahía.

Ponemos un pie en la calle principal: la bienvenida es amena, con saludos de la mano, pero no tiene que ver con Tuktoyaktuk. Tenemos la impresión de estar en un limbo atemporal. No estamos percibiendo la misma atención o curiosidad. Los pocos lugareños que encontramos en nuestra caminata de descubrimiento solo se acercan para vendernos algo, pescado o marfil de morsa.

En un primer momento, nuestras explicaciones y preguntas no parecen despertar interés alguno en nuestros escasos interlocutores. Pero después de nuestra visita al Hamlet Office, la alcaldía, la gente entiende que nos somos turistas y que no vinimos a cazar osos.

Luego de estirar las piernas, llegamos a la escuela donde exponemos el propósito científico de Tara Oceans Polar Circle. Frente a los alumnos y sus profesores, Emmanuel Boss detalla nuestros objetivos y las razones de nuestra presencia aquí. En la tranquilidad de esta bahía Inuit donde se sigue cazando oso y foca, unos descubren entonces la existencia del plancton, al origen de nuestras vidas.

Tras un día y medio de escala, zarpamos este jueves rumbo a Pond Inlet, a 200 millas, con un programa de tres estaciones científicas de por medio.

Vincent Hilaire