10/09/2014

Primeras observaciones después de 5 meses de navegación


Tara Mediterráneo, red Bongo

Maria Luiza-Pedrotti, graduada en oceanografía en Brasil, es investigadora científica del CNRS, Observatorio Oceanográfico de Villefranche-sur-Mer. Antes de embarcar para estudiar la micro y macro fauna atada al plástico y caracterizar este ultimo muestreado por Tara, ella nos explica las técnicas implementadas  y la selección de las áreas de muestreo; Unas primeras observaciones después de cinco meses de navegación.

Desde el comienzo de la misión Tara Mediterráneo en mayo, hemos llevado a cabo 150 arrastres de red Manta y 40 de red Bongo. A bordo, clasificamos los fragmentos de plástico y los acondicionamos para su posterior análisis. Estamos todavía en la fase de toma de muestras. Tara está hilvanando una malla de los ecosistemas mediterráneos, para lograr un análisis exhaustivo de la situación.
La estrategia de esta expedición consiste en muestrear mar afuera y también cerca de las costas urbanizadas, en las desembocaduras de ríos y en los puertos. Estudiamos así los efectos de las actividades humanas y la presión ejercida por el medio terrestre.

Trabajamos tanto sobre el litoral como sobre el océano abierto, con miras a estudiar la influencia de la corriente en la dispersión de micro-plásticos, la presencia de remolinos y meandros que se forman de forma ocasional y acumulan los fragmentos, el efecto de los vientos que mezclan la capa de superficie y distribuye los fragmentos en la columna de agua. Por esta razón, por mal tiempo usamos la red Bongo que pesca bajo la superficie, en vez de la red Manta  que recupera los plásticos en la capa neutrónica (superficial) en mar calmado. También recolectamos de noche cuando el plancton de profundidad migra a la superficie para alimentarse y se topa con los plásticos. 

Con sorpresa encontramos entonces fragmentos de plástico mezclados con organismos a veces luminiscentes. Buscamos conocer la proporción de micro-plásticos en la red trófica. Estos micro-plásticos tienen el mismo rango de tamaño que los organismos planctónicos y pueden ser confundidos e ingeridos por los organismos filtradores como algunos peces y las ballenas.

Al inicio de esta campaña, nuestra primera preocupación era de cubrir lo más posible el conjunto de la cuenca del Mediterráneo y de las diferentes estructuras físicas que lo caracterizan. Para ello, cuando se planea el muestreo, los científicos de la misión preparan mapas de rutas y zonas de muestreo utilizando imágenes de satélite y modelos de circulación oceánica. Estas herramientas son proporcionadas en particular por la empresa Mercator Ocean, para determinar las áreas de interés y de muestreo. También utilizamos el sitio Sea-Seek para la meteo, las corrientes, los vientos y la superficie ponderada por las olas, y los servicios de My Ocean, que nos brindan una información sobre el Mediterráneo basada en la combinación de datos espaciales y observaciones in situ. Los mapas y recorridos se actualizan diariamente en función de los cambios meteorológicos e hidrológicos.

El Mediterráneo no tiene estructuras permanentes tales como los giros observados en los océanos, que se forman bajo la influencia de la rotación de la tierra, la fuerza de Coriolis. En aquellas áreas, los plásticos son arrastrados por las corrientes arremolinadas y se concentran en millones de kilómetros en el medio del Atlántico o del Pacífico. Los estudios realizados desde 2011 en la parte norte-occidental del Mediterráneo muestran que la cantidad de plástico es del mismo orden de magnitud que la detectada en estas zonas turbulentas, y eso nos preocupa de sobre manera. Los primeros resultados de Tara son alarmantes. Hemos encontrado fragmentos de plástico en cada lanzamiento de redes, de oeste a este de la Mare Nostrum.

M. L. Pedrotti