7 de agosto: Hemos completado la misión Tara-Eco Polaris. Rumbo a Kong Oscar Fjord , Martin Hertau nos informa: “estamos bloqueados por hielos bastante densos, vamos a pernoctar aquí”.
Se apagan los motores.
Los marineros se turnarán
para cuidar de que el barco no se deje encerrar por el hielo. Después de 14
horas de descanso arrancamos de nuevo pero debemos regresar hacia nuestro
anclaje anterior: La base militar danesa de Mesters Vig.
Hoy en la mañana
el capitán nos actualiza: “Hemos esperado un viento que nos ayudaría a salir de
aquí, pero eso no se dio. Desde ayer por la noche aprovechamos barcos en las
cercanías para comunicarnos regularmente con el capitán de un barco militar de avituallamiento
que se dirige hacia nosotros. Por la tarde de ayer, su capitán pensaba recorrer
35 millas. Esta mañana a las 7:00, solamente había podido progresar en un
tercio. A diferencia de nosotros, este barco puede romper un hielo de hasta un
metro de espesor, pero ante todo está diseñado para empujar bloques. El pesa
400 toneladas y puede progresar en medio de un hielo relativamente denso, lo
que no es nuestro caso.”
Las placas
plurianuales que se estiran entre Tara y su ruta son particularmente espesas y
densas. Pese a sus 110 metros de largo, el barco militar progresa solamente a
2,5 nudos.
Una borrasca de
viento Norte-Noroeste de 7 a 8 de fuerza debería soplar en las 48 horas
venideras. Los marineros confían en que el viento barrerá la costa, abriendo
una vía para que Tara pueda dirigirse al norte de Islandia. Las nubes que nos
cubren dificultarán la obtención de informaciones satelitales precisas.
Llegaremos a Mesters Vig dentro de poco. Solamente podemos hacer una cosa:
Tener paciencia.
Noëlie Pansiot