15/03/2016

¿Qué sabemos del coral: animal, mineral,o vegetal ?




Durante décadas, los corales han sido tema de división entre naturalistas: ¿ animales inmóviles, plantas marinas, rocas vivas ? Hubo de esperar los primeros microscopios para aclarar las dudas. Ellos revelaron microscópicos animales viviendo en inmensas colonias compuestas de miles de unidades llamadas “pólipos”.

Con gran simplicidad anatómica, estos pólipos se presentan en forma de una bolsa perforada de una boca rodeada de una corona de tentáculos urticantes. Los corales son los primos cercanos de las medusas, anémonas. Para alimentarse los pólipos absorben directamente la materia orgánica disuelta en el agua  y utilizan sus tentáculos para capturar organismos planctónicos. Estos últimos, paralizados por las células urticantes, son llevados a la cavidad oral del pólipo para ser digeridos, pero la mayor parte de su energía proviene de una asociación; En el seno de sus células, los pólipos hospedan algas unicelulares llamadas zooxantelas (Zooantheliae). Estas, al igual que todas las plantas, usan la energía solar para producir nutrientes gracias a la fotosíntesis, nutrientes que alimentarán el pólipo. Este tipo de asociación se llama simbiosis. Esta simbiosis perfecta está presente en los corales tropicales, cerca de la superficie, que forman las barreras coralinas. 

Sin embargo, el mundo de los corales no se limita a esos organismos que, produciendo un esqueleto calcáreo, forman las barreras y los atolones. El término coral designa también Los gorgonáceos (Gorgonacea) del Mediterráneo, el coral blando rojo, y las colonias de pólipos que constituyen los arrecifes de gran profundidad, hasta varios miles de kilómetros bajo la superficie. El mundo de los corales es entonces vasto y diversificado con cientos de especies en los mares del globo.

En el Pacífico Tara se enfocará en los escleractinios (escleractinia) o corales pétreos. No solamente esos constructores de arrecifes llevan una vida y un modo de reproducción fuera de lo común, sino que también representan un interés ecológico mayúsculo: estos arrecifes cubren solamente 0,02% de la superficie de los océanos, pero albergan ¼ de la biodiversidad marina.

Yann Chavance